La educación es clave para superar desafíos sociales, culturales y económicos. La meta es mejorar el acceso, la cobertura, la permanencia, la pertinencia y la calidad educativa a través de la colaboración entre el sector público, privado y la academia. En 2022, la cobertura educativa neta en Medellín fue del 84,2%, superando el promedio nacional. La cobertura en primaria superó el 90%, pero los niveles de transición y media enfrentan mayores desafíos, con una cobertura del 57,3% en educación media. Esto subraya la necesidad de mejorar el acceso y la permanencia en estos niveles y de una articulación efectiva entre la educación inicial y los niveles básicos y medios. Aumentar la cobertura en educación media requiere enfocarse en la permanencia y la extraedad, especialmente en los primeros grados de secundaria.

En el último cuatrienio, Medellín experimentó un aumento significativo en la tasa de deserción escolar, alcanzando un 4,9% en 2022, el porcentaje más alto en los últimos 10 años (exceptuando el periodo de pandemia). La deserción fue más alta en la básica secundaria (5,95%) y en la transición (5,01%), mientras que la tasa más baja se dio en la educación media (3,77%). Cerca de 13.414 niños, niñas y jóvenes abandonaron sus estudios por razones como formación de pareja temprana, falta de documentación, desinterés educativo, embarazo adolescente y cambio de residencia. Esto resalta la necesidad de fortalecer estrategias continuas, pertinentes y flexibles para combatir los factores que contribuyen a la deserción escolar.

En 2022, Medellín tuvo una tasa de extraedad del 3,78%, con unos 8,370 estudiantes tres años o más por encima de la edad ideal para su grado, principalmente en secundaria (6,52%) debido a dificultades en la transición entre primaria y sexto grado. Además, el 95% de las instalaciones educativas necesitan mejoras urgentes, y muchas no han superado la etapa de obra, manteniendo su estado crítico.

Aunque se entregaron 90,669 computadores entre 2022 y 2023, la infraestructura escolar sigue sin adecuarse a las necesidades tecnológicas y de aprendizaje inspirador. La calidad educativa ha disminuido, con un 45,2% de colegios oficiales en categorías bajas (C y D) en la Prueba Saber 11 en 2023, y una gran brecha entre instituciones públicas y privadas en competencias de matemáticas e inglés.

Los desafíos educativos en Medellín son complejos y multidimensionales, requiriendo atención urgente a problemas estructurales y emergentes para asegurar una educación de calidad, digna y moderna. Superar las desigualdades sociales es crucial, ya que estas crean barreras al acceso y permanencia en la educación para muchos niños, adolescentes y jóvenes, limitando sus oportunidades de movilidad social y bienestar.

Para conectar el talento local con las realidades globales, es esencial una preparación integral y una transformación tecnológica. Esto implica integrar la innovación, tecnología, sostenibilidad y humanismo como ejes transversales, fortaleciendo la capacidad de adaptación y crecimiento de Medellín, manteniendo siempre una visión optimista del futuro.